20-60 cm. Planta herbácea anual de la familia Brassicaceae; se distribuye por el norte de África y mitad sur de la Península Ibérica, desde el nivel del mar hasta los 1.400 msnm.
Inicia su crecimiento tras las lluvias otoñales, en un principio solo una roseta basal de hojas cortamente pediceladas, pinnadas con 5 a 10 pares de lóbulos y con vello hirsuto.
Desde esta roseta basal, avanzado el invierno crecen los tallos, estos están ramificados desde la base y en la parte media y superior no tiene vello, tiene pocas hojas caulinares, estas son pequeñas enteras y lanceadas-lineares.
La flor aparece al final de los tallos, en número variable de 10-40 flores por tallo floral distribuidas en racimo laxo, los botones florales son bastante redondos, con brácteas verdes amarillentas, a veces, con tonos violáceos y margen pálido, los pétalos amarillos y con tonos violáceos en la nervación, estambres dentro y fuera de la corola.
El fruto es una silicua mide de 2-5 cm, acostillada de color verde a rojizo, con una semilla por costilla de color pardo rojizo reticulado, al final tenemos el rostro, de menor grosor y sin semillas; es frecuente que la parte superior de la planta se vuelva rojiza con el tiempo.
Florece desde febrero a mayo.
Esta planta puede crear praderas, llegando a ser muy abundante localmente.
Habita en todo tipo de suelos, aprovechando las lluvias otoñales y del invierno para desarrollarse y cerrar su ciclo vital, estando bien adaptada a las escasas precipitaciones.
Esta planta tiene es alimento de herbívoros, además sus frutos son muy apreciados por las aves fringílidos (Jilgueros, Verdecillos y Pardillos), que se posan para sacarlos de las pequeñas vainas donde se alojan.
Esta planta me ha llevado un buen rato identificarla, dado el gran número de crucíferas que hay en el medio natural.
Fotos de Benajarafe, en la Axarquía malagueña, donde es muy abundante.