30-60 cm de alto. Planta perenne de la familia Lamiaceae; se distribuye por la región mediterránea occidental, sudoeste asiático y Macaronesia (Canarias y Azores); en la Península Ibérica esta presente en toda la región mediterránea.
Es una planta leñosa y muy aromática, suele formar centros de tallos apretados, pueden vivir de 10-30 años.
Las hojas son muy características ya que tienen en borde dentado y romo, son lanceoladas y opuestas, su color es verde grisáceo por el haz y gris por el envés, muy aromáticas.
Las flores aparecen a lo largo de todo el año, pero especialmente en mayo-junio, de la planta emergen largos pedúnculos terminados en espigas florales (3-5 cm), estas espigas están formadas por verticilos de 8-12 flores cada uno, las flores son pequeñas y de color violeta púrpura, la corola bilabiada mide 8 mm y tiene 4 estambres, al final de la espiga hay un pequeño penacho que sirve para atraer a los insectos.
El fruto es un tetraaquenio, dentro tiene una semilla marrón oscuro.
Habita en distintos suelos, teniendo predilección por los calcáreos, tolera bien la sequía y las heladas, tolera al salinidad, precisa suelo drenado; suele habitar en laderas pedregosas, matorrales y zonas arbustivas; precisa sol directo para su buen crecimiento y floración.
Gracias, a los aceites esenciales que tiene sus hojas, es un buen repelente para los insectos, siendo plantas que rara vez son afectadas por estos.
Se reproduce bien por semillas y esquejes.
Su aceite tiene un importante uso en cosmética, aunque no tanto como otras especies del mismo género.
Si es frecuente su uso ornamental en jardines y parques, ya que provee de aroma y flores con muy poca necesidad de agua y cuidados, siendo una excelente planta para un jardín ecológico mediterráneo.
Es necesario retocar algo la planta tras la floración, para redondearla y que permanezca en forma de centro recogido.
Fotos de mi jardín en Serranía de Ronda.
Flor, mayo 2017.