30-100 cm. Herbácea perenne de la familia Fabaceae; se distribuye por la mitad sur peninsular y noroeste de África. Hay otra subespecie”orientalis” en el mediterráneo oriental hasta sudeste asiático; nosotros solo hablaremos de nuestra subespecie ”baetica”.
Tallos rectos, cilíndricos, con entrenudos largos, con vello blanquecino corto.
Hojas compuestas de color verde, pedunculadas, con 7-13 pares de foliolos y uno terminal, estos foliolos son glabros por el haz y con vello blanco por el envés, borde de los foliolos entero.
La inflorescencia aparecen en racimos, desde las axilas de las hojas medias del tallo, cada racimo está formado por 10-20 flores papilionáceas de color blanco o blanco amarillento, pedúnculo largo con estípulas en la base; las flores tiene en la base unas estípulas secundarias lineales, el cáliz es tubular ancho y dentado, puede ser de color blanco o rojizo; la corola da paso a una flor papilionácea con un pétalo superior o estandarte grande y gibado, dos pequeños pétalos laterales y dos pequeños basales o quilla, dentro un estilo contraído en el extremo y 6-9 rudimento seminales, 10 estambres largos; florece en primavera.
El fruto es una vaina verde al principio y marrón posteriormente, mide 6-7 cm de longitud, con pelos blancos y parduzcos, dentro tiene 3-10 semillas parduzcas y lisas, con forma reniforme.
Esta planta habita en laderas cálidas y suelos silíceos, en sotobosques y claros de alcornocales, encinares, coscojales, etc., por lo cual su distribución está limitada a estos entornos.
Su fruto es tóxico, por lo cual, es de las pocas plantas que vemos intocadas, tras el pastoreo; llamando la atención por su bonita fronda, ramilletes de flores y disposición erecta.
Las fotos las tomé en la Sierra de Andújar, donde es frecuente, octubre 2021.