Ruiseñor bastardo (Cettia cetti)

13-14 cm. Pequeña ave de la familia Sylviidae; se distribuye por el área mediterránea con tendencia a colonizar zonas más al norte de su tradicional área de ocupación; habitual en la mayor parte de las zonas húmedas de la Península Ibérica hasta los 1.200 msnm.
Ave esquiva y escurridiza, difícil de ver y fácil de oír.
El color de sus partes superiores es marrón castaño, el de las partes inferiores de color grisáceo, pico fino y ceja grisácea, también grisáceo en zona auricular.
Alas redondeadas y cola redondeada y terminada en discreto abanico.
Habita entre la vegetación de ribera, carrizales, eneas, zarzales, etc., siempre en la zona baja, en la espesura, donde se camufla perfectamente gracias a su plumaje crepuscular, siempre en zonas próximas al agua.
Se alimenta de invertebrados, una parte de ellos acuáticos que captura en orillas de ríos, lagos, acequias, etc.
Es un ave residente, que solo migra de forma parcial en los inviernos duros o zonas de media montaña, los desplazamientos suelen ser cortos.
Se estima una población para Europa de 1.000.000 de parejas de las cuales unas 100.000 parejas estarían en la Península Ibérica, aunque estos datos son poco seguros.
Se reproducen de marzo a junio, normalmente dos puestas por temporadas.
Durante el celo es la mejor época para ver a esta esquiva ave, ya que el macho suele exponerse un poco más, dejándose ver algo y cantando entre la vegetación y desde una zona media de arbustos ribereños.
El nido lo construye el macho, su relación puede ser monógama o polígama, el nido es una taza hecha con ramitas, hojas y recubierta en su interior de plumas, se ubica en el interior de la vegetación densa y cercana al agua; la hembra deposita entre 2-5 huevos por puesta, los incuba ella en exclusiva durante 16 días, a los 16 días vuelan, y en otros 15 días se independizan, hay que decir que es la hembra quién cría a los pollos con poca o nula colaboración del macho.
Lo que más caracteriza a esta ave es su canto, siempre igual, que delata su presencia aunque no lo veamos, es un tono corto seguido de una frase más larga algo así como “tuic chiuichiuichiuichiui”.
A mi este pájaro, me es familiar por su canto, ya que parte de mi infancia la pasé en un pueblo con río, donde siempre estaba presente su canto y por supuesto yo, río abajo y río arriba bicheando, aunque en aquella época mi relación con la naturaleza era de curiosidad, pero no tan respetuosa.
Fotos de un macho en celo, posado y cantando dentro de un taraje.
Laguna Dulce de Campillos, Málaga, marzo 2020.

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