1- 2 m de altura. Planta gramínea de la familia Poaceae; se distribuye por el Mediterráneo occidental; presente en el centro, este y sur de la Península Ibérica (también en Baleares), en las zonas de clima mediterráneo; también está presente en el noroeste de África, en las zonas previas al desierto.
Esta planta se caracteriza por su crecimiento en macollas o cepellones, donde los tallos centrales son los más jóvenes y los laterales, los más viejos, es de crecimiento lento.
Las hojas son largas de hasta 60 cm, de forma tubular, ya que están enrolladas formando canutillos, son hojas filiformes largas y tenaces de color verde amarillento.
Las flores salen al final de la primavera, se encuentran al final de unos tallos florales de hasta 2 metros, estos tallos acaban en una panícula de unos 40 cm (atochín) que tienen múltiples espiguillas de unos 8 cm, finalmente estas espiguillas tienen pedúnculos amarillos de unos 10 mm.
Las semillas, que son granos alargados protegidos por una cápsula, se dispersan al final del verano.
Esta planta crece en lugares con clima estepario, precisan poca agua (<200L/año) y toleran bien el calor riguroso de las estepas y zonas del sureste peninsular, tolera mal el frío riguroso.
Se asientan sobre suelos calcáreos y yesosos, pero se adaptan a otro tipo de suelos.
Su uso actual está ligado a su importante papel ecológico como protector de suelos pobres y erosionados, estabilizándolos y permitiendo la colonización de otras plantas.
Esta planta ha estado ligada al hombre desde la antigüedad, ya que se usaba como materia prima con distintos fines, desde sus antiguos usos en embalsamamientos y construcción de sogas y cuerdas para los barcos, hasta los recientes como materia prima para elaborar esteras, cestos, alpargatas, cuerdas, serones, capachos, espuertas, revestimiento de recipientes, queseras, etc., hasta el muy reciente uso como pasta de papel para lograr un papel de impresión de una excelente calidad.
A partir de los años 50-60 del siglo pasado, entró en desuso, debido a la aparición del plástico, que lo sustituyó en la mayor parte de sus usos.
Hay que decir, que para su uso como materia prima para cestería y otros usos artesanales, se recolectaba a final del verano, se secaba al sol durante un mes, luego se ponía en remojo desde unos días hasta un mes, para que se suavizara, posteriormente se exponía al sol de nuevo, para que se secara, finalmente se pica o golpea, para hacerlo manejable.
Aún hoy en día, en algunos de nuestros pueblos, y especialmente las personas mayores, siguen entrelazando el esparto y dándoles múltiples usos, como ocupación que recuerda a otros tiempos, cuando era un oficio y una necesidad trabajar esta materia, costumbres y usos que todavía perviven.
Fotos de la Serranía de Ronda.
Tallos florales con panículas, espiguillas y pedúnculos, abril 2017.
Flor del esparto mayo 2017.
Junio 2018. Sierra Tejeda (Málaga).
Octubre 2019, Sierra de Cabo de Gata, Almería. Pradera de esparto.