5-6 m de altura. Arbusto o árbol pequeño de la familia Caprifoliaceae; originario del sudeste asiático y distribuido actualmente por las zonas templadas de forma ornamental; en la Península Ibérica lo podemos ver en parques y jardines.
Es un arbusto de forma redondeada, corteza marrón grisácea y lisa.
Las hojas son perenne, simples, alternas, de color verde brillante en el haz y verde blanquecino con algo de vello en el envés, nervación bien marcada en el envés, coriáceas, borde con un espaciado aserramiento muy poco marcado y con extremo acabado en punta discreta, ovalada y doblada por el centro, en otoño, las hojas viejas se vuelven rojas antes de caerse.
Flores, aparecen en primavera, normalmente en mayo, son inflorescencias tipo corimbos apicales, son pequeñas flores blancas de 1 cm de diámetro, aparecen en gran cantidad, son muy vistosas y muy melíferas, por lo que durante unas semanas tendremos multitud de insectos zumbando y libando en nuestro jardín.
El fruto es una drupa ovoide de color azul metálico con ligero aroma.
Es indiferente al tipo de suelo, es resistente a las heladas débiles hasta -7 ºC y a la sequía, precisa de un suelo drenado y con fondo, si la sequía es persistente deberíamos regarlo alguna vez.
Se multiplica por esquejes o semillas y admite la poda sin problemas.
Se utiliza como arbusto de forma aislada o en hileras, para formar setos tupidos.
Su atractivo son su fronda de grandes hojas verdes brillantes, el color rojo de sus hojas en otoño que conforman un arbusto verde y rojo, y su importante floración, que el dan un bonito aspecto blanquecino en el mes de mayo.
Buen refugio para aves e insectos.
Fotos de la Serranía de Ronda.
Hojas y flores, mayo 2017.
Corimbo, mayo 2017.
Detalle flor, mayo 2017.
Floración espectacular, junio 2018.