27-33 cm de longitud y 63-72 cm de envergadura. El halcón más pequeño de la Península Ibérica, se distribuye por Asia central y todo el circunmediterráneo; en la Península Ibérica está presente en ambas mesetas, Extremadura y Andalucía, casi ausente en el norte, donde si suele verse en migración o en período pre migratorio.
Parecido al cernícalo vulgar, pero con algunas diferencias, la cabeza del macho es gris azulado, al igual que las coberteras mayores del ala, no tiene bigotera, las uñas son pálidas y la cera del pico y el anillo ocular son amarillos, el macho no tiene pintas en el dorso, zona caudal con tono parduzco rosado y pintas menos marcadas que el C. vulgar; la hembra es más parecida a la del C. vulgar pero su moteado es más discreto, sus uñas son pálidas y no negras y su barbilla blanca crema se extiende hasta la cara; también su cola y alas es más corta que en el cernícalo vulgar, aunque extendida sea más ancha; los jóvenes parecidos a la hembra.
Se alimentan de insectos principalmente, pequeños reptiles y micromamíferos excepcionalmente; parte de los insectos los captura en vuelo o a poca altura.
Nos visitan en primavera y verano, por lo tanto estival, unos pocos ejemplares pasan el invierno aquí, pero la mayoría migran en otoño a África subsahariana, pasando el invierno en la sabana.
Se instalan en campos y zonas abiertas con construcciones próximas, en cortijos abandonados, edificios históricos, iglesias o cortados rocosos, normalmente no precisan mucha altura; se instalan en huecos debajo de tejas, huecos en paredes, mechinales, etc, de forma colonial; suelen poner tras el apareamiento de 2-6 huevos en los citados huecos, la incubación corre a cargo de la hembra con cortos relevos por parte del macho y tras 28 días eclosionan los huevos, tras un mes de alimentar a los pollos, estos abandonan el nido, posteriormente permanecerán con los padres un par de semanas más.
Tanto la migración como la cría la hacen de forma colonial, incluso se suelen alimentar en las mismas zonas en pequeños grupos.
Esa ave ha tenido un gran declive en los años 80, actualmente sus poblaciones, aunque reducidas parecen que están estabilizadas, en parte, gracias a proyectos de recuperación de la especie puestos en marcha por las administraciones y los grupos ecologistas.
Entre las amenazas hay que citar la intensificación de la agricultura y el uso de productos fitosanitarios, esto hace que el número de insectos en las zonas cerealistas haya disminuido mucho; de otra parte también ha ocurrido una minoración de sus lugares de cría, en parte por reformas de antiguos edificios y en parte por derrumbe de otros en estado ruinoso, pero que eran los lugares donde se asentaban las colonias.
Las fotos son del tajo de Ronda, donde permanece un pequeño grupo nidificante de 7-8 parejas, primavera de 2016.
Junio 2017. Hembra. Foto destacada
Macho en vuelo.
