12-13 cm. Curruca que nos visita en primavera y verano para reproducirse entre nosotros; ocupa la Europa mediterránea y noroeste de África, hiberna por debajo del Sáhara por lo cual realiza un gran viaje, para lo pequeña que es; abundante en la mayor parte de la Península Ibérica.
Su hábitat predilecto son sotobosques de monte mediterráneo, laderas con arbustos espinosos, riberas de arroyos y ríos poco desarrolladas.
El macho es muy llamativo, cabeza gris plomizo que se continua por la espalda, cola gris, anillo ocular rojo intenso, bigote blanco alargado en sentido caudal; garganta, pecho y flancos rojo ladrillo; abdomen y cloaca blanco; la hembra difiere bastante del macho, tiene anillo ocular pálido y orbital rojo mucho menos llamativo que el macho; el rojo ladrillo del macho se cambia por tono rosado y bigotera blanca menos llamativa; jóvenes parecidos a la hembra pero con menos gris azulado y menos color en dorso.
Cría en el sotobosque, dentro de coscojas, espino albar o arbustos de parecido tamaño,; el nido lo hace a poca altura, no mas de 1’5 m, dentro de arbusto y bien protegido en su interior; 4-5 huevos que en 10-12 días eclosionarán. Normalmente dos puestas al año.
Ave discreta de canto más agudo y tono bajo que otras currucas y estrofas más largas que ejecuta en un posadero poco expuesto o dentro de la copa de un arbusto; sonido de alarma un cherrr repetido.
Insectívoro que complementa su dieta con algunas semillas o frutos.
Foto de la Serranía de Ronda.
Verano 2015. Hembra.
Macho, julio 2016.
Septiembre 2015.
Agosto 2016, joven.
Marzo 2019, Doñana.