2’5 cm el macho y 1’2 cm la hembra. Abeja solitaria de la familia Megachilidae.
Se distribuye por sur y centro de Europa, también por parte de Asia (Anatolia), muy frecuente en la Península Ibérica en los meses de verano, especialmente sobre flores del romero y la lavanda como ocurre en mi jardín.
El macho es algo más del doble que la hembra, el color de fondo es negro y amarillo, antenas negras, cabeza negra con ojos marrón claro y pequeña banda amarilla detrás de los ojos, tórax negro con borde dorsal amarillo, alas ahumadas, abdomen alterna segmentos amarillos y negros, estos segmentos amarillos están interrumpidos en su zona dorsal en los segmentos proximales, tiene tres ganchos en zona apical del abdomen el macho con los que sujeta a la hembra en el momento de aparearse; en la frente, laterales de abdomen y tórax y zona caudal y patas, tiene un abundante vello blanco; las patas tiene una zona externa amarilla y cara interna negra.
Vuela en verano y es una especie muy territorial, el tamaño del macho le permite defender una zona de flores de otros insectos y congéneres y usar este territorio para que las hembras puedan usar su territorio de flores, en el momento que descubre a una hembra alimentándose en su territorio se abalanza sobre ella para sujetarla y aparearse por tiempo de unos 20 segundos, luego ella seguirá alimentándose.
Hacen el nido en agujeros en el suelo, pared o troncos de árboles, para ello los recubren de distintos materiales como resina, barro, saliva y pelo o vello de las plantas que recolectan cortándolo con sus mandíbulas y trasladando las bolitas de “algodón” a su nido, luego colocarán una bola de polen y néctar para el desarrollo futuro de las larvas.
Tiene la curiosidad de que duermen en el extremo de tallos herbáceos, se sujetan con las mandíbulas y se quedan suspendidos, dando una imagen muy curiosa.
Foto de mi jardín. Serranía de Ronda. Verano de 2015.
En vuelo.
De espalda
De cara