Longitud de 30-36 cm y una envergadura de unos 48 cm. Ave de tamaño medio que se distribuye por la mayor parte de la Península Ibérica, con la excepción de zonas desarboladas; anteriormente se consideraba una subespecie del Picus viridis, extendido por toda Europa y oeste de Asia, pero hoy nuestra subespecie se considera especie, pasando a ser Picus sharpei o Pito real ibérico.
Partes superiores del cuerpo de color verde que se vuelve amarillo en el obispillo, partes inferiores de color pálido; píleo de color rojo en ambos sexos; alrededor del ojo gris; pico oscuro con base de la mandíbula inferior amarilla; plumas primarias del ala de color oscuro y barrado de blanco; plumas de la cola de color oscuro y robustas, que le sirven de apoyo en la subida y bajada por los troncos; patas grises; la diferencia entre sexos se basa en el color de la bigotera, proyección de la mandíbula inferior por debajo del ojo, esta franja es de color rojo en los machos y de color negro en las hembras.
Los jóvenes se distinguen por moteado en todo el plumaje.
Se alimenta de invertebrados, principalmente de larvas de escarabajos de la madera, y de larvas de termitas y hormigas, que busca activamente con su lengua de 10 cm; también, en menor medida, de otros invertebrados, frutos y fruta silvestre.
Anida en troncos, para ello construye un agujero de unos 10 cm de diámetro, a varios metros de altura, normalmente sobre tronco muerto, allá por el mes de abril; dentro la hembra deposita de 4-6 huevos blancos, son incubados por ambas sexos durante 18-20 días, al cabo de los cuales nacen los pollos, pollos que en unos 20 días abandonarán el nido, aunque permanezcan con los padres un par de semanas más; luego se dispersan en el entorno del territorio de los padres, ya que es un ave bastante sedentaria.
Habitan en zonas arboladas con claros en el entorno, todo tipo de bosques, incluyendo riberas, parques, jardines y entornos arbustivos; con frecuencia se ve el suelo, donde busca hormigueros y termiteros, base de su alimentación.
Ave discreta, más fácil de oír que de ver, su sonido es un relincho, acelerado al principio y bajando el tono al final, “piu-piu-pi-pi pi pi pi” repetido a intervalos.
Para mí es un ave familiar, muchas veces oída en mis paseos por el campo, incluso en mi jardín de Ronda, donde aparece de tarde en tarde; una vez vi un nido, es frecuente que lo hagan en árboles partidos, donde falta la parte superior del árbol y el tronco ha quedado muerto, colocando el nido en la parte superior del tronco.
Es un bioindicador de entorno saludable y controlador de plagas, como las molestas termitas y hormigas.
Fotos de la Sierra de Andújar, octubre de 2021, se mejorará en el futuro.