Juniperus thurifera (Sabina albar, Trabina)

8-20 metros. Árbol o arbusto de tamaño medio de la familia Cupressaceae; se distribuye por el mediterráneo occidental, áreas continentales de los Alpes franceses e italianos, interior de Córcega y norte de África; en la Península Ibérica tiene la mayor parte de su representación europea, ya que está presente en zonas continentales del centro y este del interior peninsular, especialmente en Castilla León, Aragón, Comunidad Valenciana, Rioja y Navarra, con poblaciones puntuales en otros lugares de interior, más escasa cuanto más al sur.

Es un árbol rústico de madera dura y crecimiento lento, su tronco es variable, desde recto a torcido y deformado por el viento o el ganado, color gris claro con corteza agrietada longitudinalmente, tiende a formar un cono cuando joven, copa densa.

Las hojas son escuamiformes, es decir, parecidas a las escamas de un pez y terminadas en punta, cubren terminaciones de las ramillas y ramillas abrazándolas, color verde oscuro.

Es una planta dioica, por lo cual las flores masculinas y femeninas están separadas en zonas distintas del árbol, las femeninas son pequeños conos carnosos aislados, normalmente en las hojas y tallos jóvenes, en los extremos; las flores masculinas aparecen en inflorescencias pequeñas anaranjadas, agrupándose gran cantidad de ellas en unas mismas ramilllas, la floración se realiza por el aire, allá por el mes de febrero, cuando el polvo amarillo (polen) se libera ante cualquier estímulo y llevado por el aire fecunda a los conos.

El fruto es redondeado, de unos 7-8 mm de diámetro, negro al final de su maduración, estos llamados gálbulos, algo azulados, están cubiertos de un polvillo o pruinosidad; dentro, al cabo de dos años, maduran 2-3 semillas.

Las semillas liberadas tienen éxito en un pequeño porcentaje, ya que son alimento de zorzales, mirlos y estorninos, una vez en el suelo de pequeños roedores y hormigas.

Planta que vive en suelos calizos, aunque también se adapta a los silíceos, desde los 140-1.800 msnm en la Península Ibérica, normalmente en suelos pobres y pedregosos, no llegan a formar bosques, sino paisajes abiertos, ya que precisan un gran desarrollo radicular que le permita absorber agua y nutrientes en suelos pobres, donde las temperaturas pueden oscilar entre los -20ºC en invierno y los 40ºC en verano, con escasa precipitaciones; se suelen asociar a otras plantas resistentes como encinas, sabina negra, enebro, etc.

En base a su distribución, se consideran bosques relictos de otros mucho más extendidos en Eurasia y África, datándose estos árboles de otras épocas remontadas al Cretácico (hace 145 millones de años) por lo cual hablamos de fósiles vivientes.

Para terminar, decir que su resina emana un agradable olor a incienso, y que esta dura madera ha servido para la construcción con distintos fines desde la antigüedad, siendo muy apreciada.

Fotos de la Provincia de Soria, donde se puede visitar el Sabinar de Calatañazor, uno de los más densos, aunque hay otros en Castilla León de gran interés por su extensión y antigüedad. Octubre 2021.

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