Phlomis purpurea (Matagallo)

1-1’5 m de altura. Arbusto de la familia Labiaceae; es endémica de Andalucía y el noroeste de África.

Arbusto muy rústico, tiene un tronco leñoso, claro y retorcido, sus tallos son blanquecinos  y recubiertos de un suave vello blanquecino. Ramas y tallos cuadrangulares.

Las hojas son perennes, de color verde claro y más blanquecinas por el envés, de hasta 10 cm de larga, opuestas, rugosas y con cierto espesor, forma lanceolada y muy vellosas.

Las flores nacen en la parte superior de las axilas de las hojas que se encuentran en las ramas más altas, se orientan hacia arriba y son de color púrpura, con distintos tonos dependiendo de las variedades, tiene 4 estambres y un estilo cubiertos por los dos pétalos, el pétalo superior se curva y protege al resto de la flor, tamaño de la flor 2-3 cm. Florece en primavera y hasta principios del verano.

Los frutos aparecen secos y están dentro de compartimentos que los liberan en otoño, son pequeñas núculas de color pardo.

Se reproduce por semillas y por rebrotes de las raíces.

Esta planta es muy rústica, aparece en suelos pedregosos, laderas, como sotobosque en encinares y alcornocales, también entre matorral xerófilo; es resistente a la sequía y al frío; se adapta a todo tipo de suelos pero prefiere los calizos, incluso suelos degradados. No precisa riego.

Los usos de esta planta han sido múltiples desde la antigüedad, con sus tallos y hojas se hacían mechas y torcías para mantener con llama los candiles de aceite, de ahí su nombre en latín y griego “Llama y candíl o lámpara”; también se ha usado como estropajo en las zonas rurales; como material para prender fuego, la flor tiene una gota de miel, por lo que es posible cogerla y sorberla; para finalizar decir que es un estupendo papel higiénico si nos pilla en el campo.

Sobre esta planta concluimos que es muy del sur, muy nuestra , y que nos ha estado dando servicios desde la antigüedad, ahora simplemente adorna nuestros campos y porque no nuestros jardines, con ese toque ecológico tan necesario, y que cada vez es más necesario si queremos conservar nuestro entorno natural y adaptarnos al cambio climático.

Fotos de la Serranía de Ronda.

Brote tierno, abril 2017.

Botones florales en forma de verticilos, abril, 2017.

Con flores y restos de las flores secas del año anterior, abril 2016.

Flor, abril 2017.

Mayo 2017, flor.

Detalle flor. mayo 2017.

Planta en flor, mayo 2017.

Polinización por Bombus terrestris, mayo 2017.

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