3-8 m normalmente, puede crecer más en ambientes muy favorables. Árbol de la familia Betulaceae con origen Euroasiático; actualmente se distribuye por la mayor parte de la zona septentrional euroasiática y hacia el sur llega hasta la Península Ibérica y norte de África, en el sur de Europa se limita a zonas con clima apropiado de humedad y calor; en la Península Ibérica es muy común en el norte y prácticamente ausente en la mitad sur.
Este arbusto caducifolio presenta hojas redondeadas y algo rugosas, con vello suave por las dos caras, el color es verde intenso, con borde doblemente aserrado, son alternas y simples de 6-12 cm de ancho por largo.
El tronco suele ser arbustivo con múltiples ramas que ascienden desde el suelo y forman una copa redondeada irregular, la corteza es de color marrón pálido o gris y está surcada.
Es un árbol monoico, las flores masculinas empiezan a desarrollarse a final del verano, paran su crecimiento en invierno y o reanudan a final del invierno, son unos amentos de color amarillento y de 5-12 cm de largo; las flores femeninas se producen al final de las ramillas y son redondeadas donde sobresalen los estilos de color rojo brillante, se fecundan por el viento y permanecen una buena parte de su desarrollo de forma latente hasta el verano.
El fruto es redondeado, tarda unos 8 meses en madurar y se recolecta al final del verano, es redondeado de 1-2 cm de diámetro, color marrón con cáscara dura, en su desarrollo está envuelto en una capsula verde que lo recubre en su mayor parte, a final del verano esta envoltura se abre y lo libera, suelen aparecer agrupados de 1-5 frutos por ramilla.
El árbol prefiere un suelo profundo, drenado y húmedo, no tolera el encharcamiento, es sensible a la sequía y requiere de temperaturas cálidas para su mejor fructificación; en la Península es frecuente en laderas, riberas de ríos y arroyos y como sotobosque en robledales, alisedas y otros bosques de hoja caduca.
Su madera es dura y flexible, es un arbusto muy apreciado desde la antigüedad, tanto por sus frutos como por los usos de su madera.
Se reproduce por semillas o por vástagos, principalmente.
En los ecosistemas tiene un papel importante, ya que sus frutos sirven de alimento en otoño a multitud de aves, roedores y mamíferos, como el oso en la cornisa cantábrica.
Aquí en el sur, donde vivo, no suele verse, yo tengo uno en mi terreno y cada año produce unos cientos de avellanas, que recolectamos como algo valioso y rico.
Fotos de la Serranía de Ronda (en mi terreno).
Frutos maduros, septiembre 2017.
Fruto en el árbol, septiembre 2019. Mi jardín.
Detalle flor femenina, febrero 2017.
Flor masculina y femenina, febrero 2017.
Flor masculina iniciando desarrollo a final del verano, 2016.